Esto recién comienza

Este período podría ser el último que se inicia con el eterno, Gildo Insfrán. Durante los próximos cuatro años, deberá adaptarse a la nueva Argentina, donde gobernantes que representan el enriquecimiento grosero de una clase política, deberán dar paso a la nueva Républica del respeto, de un estado que no sea una carga para el ciudadano y que aparte sea eficiente. De una Nación con verdadera calidad institucional, donde las libertades tuteladas en la Constitución Nacional dejen de ser letra muerta para pasar a regir el diario acontecer de todos aquellos que decidan habitar el suelo argentino.

Si el séptuple gobernador quiere seguir teniendo la administración de cerca de aproximadamente un billón de pesos de coparticipación, que es lo que se calcula para el año 2024 por la espantosa inflación que ha dejado el presidente peronista y kirchnerista, más ineficaz de la historia, destruyendo la monedad nacional el cual él apoyó, deberá ceder ante los requerimientos de austeridad del gobierno nacional.

No solo deberá bajar el gasto público en todo sentido sino que además deberá modificar las leyes electorales como la ley de lemas, pasar al sistema de boleta única, modificar las asfixiantes leyes impositivas provinciales,  aunque a razón de verdad,  ya no le queda tiempo para cambiar el modelo formoseño de empobrecimiento y sometimiento por uno productivo y creciente.

Una vieja costumbre

Insfrán arranca su último mandato como si fuera cualquiera de los otros siete periodos de decadencia de su absoluta responsabilidad. Repitiendo fantoches ministros, y haciendo “enroque” de personajes “añejos” e incinerados por años de gestión mediocre y con responsabilidades que tendrá que explicar cuando dejen el gobierno. Eso sí, inmensamente pudientes y dueños de todos los negocios, instaurando desde siempre una casta monopólica de cerca de 200 familias poderosas que tienen como contraparte, más de 300 mil formoseños por debajo de la línea de la pobreza con una provincia desbastada.

Pero el veterano “Patrón del Norte”, no solo sabe que es difícil conseguir otros cuatro años de poder, sino que pretende condenar a los formoseños a un linaje familiar asumiéndose dueño y señor de los votos. Quiere imponer como futuro candidato a gobernador, al vicegobernador de la provincia, Eber Wilson Solís, su ahijado, sin que le importe un país transformándose y saliendo del más rancio nepotismo.

La ¨ caja es mía ¨

Solís que como vicegobernador, ha demostrado la misma “angurria” dentro del poder de los recursos públicos representa un presidente nato de la legislatura provincial, que se apropia de todos los recursos y no solo eso sino que además recorta los recursos que les corresponden a los legisladores opositores en la más absoluta oscuridad sin que haya una pizca de transparencia.

¿Lo permitirán los intendentes más feudales? Mientras les mantengan sus piscinas llenas al igual que sus bolsillos, no hay posibilidades de rebelión en la granja.

Mientras tanto la mirada se posa en los mismos funcionarios que acompañan a Insfrán ¿Ellos no tienen aspiraciones a gobernador? ¿El Ministro de Economía, Jorge Ibáñez, El jefe de Ministros, Antonio Emérito Ferreira? Los demás no llegan a tener territorio propio, Jorge González, Aníbal Gómez, alguno que otro nuevo que nadie lo conoce, etc, etc. ninguno.

Ibáñez según los propios, hace un tiempo presentó la renuncia y quiso irse, por razones de salud entre tantas otras cuestiones pero el feudal dio la última palabra, “Todos ustedes se van cuando yo me vaya”. Siguen la misma inercia en burócratas desgastados, sin credibilidad, echándole la culpa al nuevo gobierno por lo que ya sucedió todo en el gobierno kirchnerista que ¨ya fue”.

Es muy patético leerlo al ministro de Planificación, Inversión, Obras y Servicios Públicos de Formosa, Daniel Malich, diciendo que el anuncio de desfinanciación de la obra pública llevará indefectiblemente a despidos de empleados de empresas constructoras.

En realidad la obra pública está parada en la provincia hace más de un año y los despidos ocurren en ese mismo período, por supuesto sin que el también socio de la fiesta, el secretario general de la CGT, Hilario Martínez, diga “esta boca es mía”. No solo hay despidos sino que aparte las empresas cartelizadas y de testaferros del gobierno, no se destacan en transparencia de contratación.

Un derroche de justicia social

Hoy de repente, después de cuatro años decadentes del gobierno al que todos defendieron y al que en absoluto criticaron, los serviles funcionarios de Insfrán se dan cuenta de lo que puede pasar como consecuencia de la ruina que dejaron los kirchneristas, a los que ellos avalaron en todo, cuando no participaron de la ¨ fiesta ¨.

Otro piadoso que apareció en los portales oficiales, fue el administrador general del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), el ingeniero Marcelo Ugelli, quien se refirió a los anuncios de paralización realizados por el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo.

Ahondó en explicar que esto “engloba a todas las áreas que trabajamos en esa temática” y se mostró preocupado porque ello “abarca a todo un rubro, un componente laboral, una actividad que directa o indirectamente comprende a un sector muy importante de nuestra economía que se va a ver afectado en forma negativa” y para desazón, no tuvo pruritos para afirmar que: “la vivienda social que financia la Nación es un complemento de la política habitacional que lleva adelante la provincia”, por lo que “cuando pasan estas cosas (los anuncios de ajuste y paralización) todo decae”. Entendiendo bien, según Uguelli, los fondos nacionales solo son un complemento de la política habitacional de la provincia.

Los parleros

Con cara de “hormigón armado”, los referentes de la obra pública desde el propio gobernador hacia abajo, nunca dijeron nada cuando el ex candidato a presidente y ex Ministro de Economía, Sergio Massa, les cortó el financiamiento. Más de un año de atraso en el pago de certificados a empresas que optaron por irse, otras por cuidar la obra y rezar que Insfrán pague.

Tanto Malich como Uguelli, tienen ahogadas a las empresas cartelizadas. De hecho no se han entregado las viviendas que se sortearon y no se volvieron a sortear viviendas, que claramente están terminadas en la Nueva Formosa y por años en localidades del interior pero no se entregarán porque no pagaron lo que deben a las empresas.

El gobierno del perenne residente del quinto piso, se acostumbró a dilatar los pagos y el que quiera reclamar tiene a Insfrán blindado por la Ley de Emergencia económica pero ahora fue su propio gobierno el que lo dejó sin fondos para jugar al plazo fijo.

Con la mirada en los sueldos

El barbado lagunense tiene la preocupación puesta en los sueldos y si bien este sábado llegó el avión Hércules de la Fuerza Aérea, trayendo fondos físicos para los bancos y para el pago del aguinaldo, vale la pena recordar que es una de las últimas veces que el estado nacional asiste a las provincias para el pago de sueldos.

Massa desfinanció a las provincias en varios miles de millones al sacar el impuesto a las ganancias y los gobernadores peronistas no chistaron. Ahora quieren que el gobierno les devuelva ese dinero. El absurdo pejotista a una semana de la asunción del nuevo gobierno.

Ministro locuaz

Por primera vez, el Ministro de Economía, Jorge Ibáñez, se preocupó por el aumento de los combustibles. En este punto, el funcionario explicó que la liberación de precios, son “el primer síntoma” porque “quieren que los argentinos paguemos el precio internacional que pagan en los países limítrofes que no tienen petróleo”.

Sin embargo, no dijo nada en todos los otros aumentos tardíos durante la gestión nefasta de Alberto Fernández y ahora también se sumó al club de los “antifaz” al preocuparse por la paralización de la obra pública, no lo hizo hace un año atrás cuando ya ocurría.

Por último demostró que la provincia los formoseños quedó detenida en el siglo XIX cuando propuso al Modelo Formoseño como “otra forma” de gestionar y describió que este proyecto político “privilegia la educación pública y gratuita y la salud pública y gratuita”.

Los corresponsables del desastre argentino, hoy hacen una “alta” gala de hipocresía y saben perfectamente que en Formosa, sus propios militantes votaron a Javier Milei por lo que a mediano plazo no podrán sostener un relato que se cae a rebanadas. El modelo formoseño crea pobres y sometidos mientras destruye lo poco que queda del capital privado y enriquece a los funcionarios y sus testaferros.

Ni una esperanza

El lagunense, totalmente desprendido de la realidad acuciante del formoseño, no ha tomado una sola medida para paliar la crisis, al menos a favor de los estatales. Su rutina es incumplir con los compromisos económicos de aquellos que pusieron el capital para su campaña y se perfila para gobernar otros cuatro años como si fuera que la Argentina puede durar tanto si la economía no se resuelve. 

El óctuple gobernador de Formosa, que depende en el 94% de los fondos nacionales, no acusa recibo que estamos en hiperinflación gracias al gobierno que él respaldó y que las consecuencias serán muy fuertes para el ciudadano común, y que también impactarán de lleno en el despilfarro de los fondos públicos, con que el gildismo está acostumbrado a pasarla bomba, ante un pueblo sometido.